Números Rojos
miércoles, diciembre 13, 2006
 

Hagan el ejercicio de preguntar cualquier cosa dando la respuesta en el mismo cuestionario. Ese es el secreto más terrible del mundo, que no existe tal respuesta. Luego, entre nuestras utopías, los roperos y las formas se nos deshace la pequeña noción que tuvimos alguna vez de la verdad. No existe tal cosa. No existe tal lugar. El paso vulgar de la vida, las ideas originales, las disquisiciones y abstracciones, las es y las nos es. Todo es y todo no es. Chambiere laux se viene a la mente con dos catervas, dos maneras de achicar el cuarto. Cuan pequeño es el destino si así lo deseamos.
Bioy Cáceres, el mejor argentino después de Borges, según Borges. ¿Cortázar? no, no. ¿Sábato?, sería tener una posición demasiado pesimista de la literatura argentina. Me quedo con Bioy Cáceres. Y Sábato quemaba sus palabras. Mirá che, que esto no es de lucro, decía. Argentino pródigo, el otro Borges. Pero no el otro Sábato. Y estos holandeses. Once personas casualmente argentinas, derrotaron a once personas casualmente holandesas.
En esto estoy dispuesto a llegar a ninguna parte, y llevarte conmigo. Me preguntaron, no recuerdo cuando, pero recuerdo claramente quien, como y porque, de que forma se llegaba a la convicción del amor. Respondí, en mi esperada forma sin forma, que lo primero era eliminar la palabra convicción, luego la seguridad y luego el juicio. Que el amor, o los despojos de amor en el mejor de los casos, se vislumbran en el recuerdo y las reminiscencias. Se ama, luego se olvida y antes se recuerda. Léanlo como una referencia obvia a los versos del capitán, pero especialmente a Matilde Urrutia, causa primera, segunda y tercera del prólogo más hermoso del mundo. Yo quiero escribirte la canción más hermosa del mundo. Pero vivo en el mundo de certezas que se contraponen entre ellas, manifiestas, vacías, sigilosas e inexistentes. Es, de todas formas, mi manera, mi aspecto, mi modo y talante de darte la vida entera.
Si toda literatura tuviese como signo inequívoco de calidad, reveses impredecibles y destemplados, e incluso inentendibles, este debería ser uno de esos momentos.
El primer día o una extraña manera de empezar las cosas.
No viene al caso, pero esto podría haber comenzado como esos recuerdos escriturados de la memoria que se verbalizan de manera teatral. Partiría sin duda, y creo que tú también, con la loca del biógrafo. Terminaría, y creo que tú no, con el diálogo en el irlandés, mas o menos paralelamente con la chica vendedora de helados.
Pero eso es disgresivo.
Mi primer recuerdo de Paula es con Silvio… Paula, pequeña hermanita, niña sin jardín, por no tener flores sembraste una en ti, (…) sembraste una en ti. Luego mi primera novia se llamó Paula. Me engaño, o la engañe. No recuerdo.
Se llamaba Soledad.
Soy tu excepción. Soy la cura de las reclutas. Pero no colecciono -ya no al menos- rubias del montón. Esta es una invitación a un champagne permanente. Sin sol, sin portales, sin que seas una estudiante en celos, sin Sabina, sin perder el alma. De ombligos a brevas. Como una gran realidad. Abrazado a tus caderas.
Lo confieso, mi parte favorita es “… como van a caber tantos besos en una canción”. El piano de Diego García en las postrimerías de los primeros puntos seguidos de la corrección de oficio de la luz de la luna. Baile, espinas, la ecuación perfecta donde uno más uno es mas que uno y menos que dos.
Sin embargo… y cuando vuelves hay fiesta en la cocina, y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas. Y al cielo de tu boca el purgatorio.
¿Sabes?, tenían razón, la tienen y la tendrán. Eres mi empresa de mudanza, mi mitad partida por la mitad, mis ganas de ti.



Paula es disgresiva, mujer, mi domingo con aguacero, niña de dos décadas y cuasi media, mi manzanita de todas las semanas. Artista y diva, mi propio parnaso incrustado en el contigo. Xi, mis buenas noches muchas gracias. Notaste el no sin ti. Sin preguntas, ni cielos por derribo, yo te voy a amar como te amo. En mi canción, antes que se me acabe el tiempo, mientras el sol se va cayendo. Vamos nena, peor para el sol. Paula es mi compañera, no la esperaba, ella no me esperaba, y es verdad, yo te entrego mi vida, mis días y sus muchas horas. Ven a jugar conmigo, condéname a ti, yo te llevo hoy conmigo.
Paula es mi Rocío, sin muchas pretensiones, con demasiados sueños que la despiertan. Vive conmigo, allá donde todo esta demasiado lejos de todo, barrio de la alegría sin número. Hoy no hay recuerdos que olvidar, ni risas que llorar. Hoy Paula vive mis abriles. Hoy no me miento, pero no me interesa que me digan la verdad. Vuelvo a ti, palmas y alegría, solo contigo y nunca sin ti. Como el parafraseo ese a Neruda.
Sí, recuerda todo. ¿Me prometes que lo harás? Empezando por todas estas noches, como cuando te acercaste y todo lo demás. Quiero que lo sepas. Quiero que sepas que me he quedado ahí, contigo, riendo, temblando, mirando… Es importante. ¿Me lo prometes?1.


Quédate con este perro, princesa. Y nena, esto es un te necesito.
 
"Todo esto, de todas las maneras y de todas las formas, es un desconcierto. Como no sé negociar, y no creo en Randy Newman o Alá, me permito confesarles que mi primer apellido ya no es Martínez. Esta pequeña "nemes" es una manera de dar tablas y de desertar."

Nombre: jncanas
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