Números Rojos
viernes, junio 30, 2006
  Nathan Glass

“Estar solo en una habitación cerrada y a oscuras, de noche, sabiendo que en ella hay también un murciélago es siempre impresionante, sobretodo cuando se siente volar a esa rata alada y, en forma ya intolerable, cuando sentimos que una de sus alas ha rozado nuestra cara en su inmundo vuelo silencioso.” Sábato, Sobre héroes y tumbas.

Entre vírgenes milagrosas, distancias mayores que asoman como ambulancias, paroxismo espiritual y desamores que duelen, voy convirtiendo mi propio paisanaje en un lugar cualquiera. Tal lugar no existe. Tal respuesta no existe. Vivo con los ojos abiertos y encaminados a algún lugar inexistente y urgente, necesario y vacío, sin punto de partida, con mil noches y una noche. No encuentro nada en la calle, Fito me dice casualidad - de la puñetera, corrijo-. Somos dos amigos en la ciudad, en búsqueda de nuestro propio túnel, indagando en lo que no somos para conocer lo que somos (vamos pibe, es como si le enseñaras a comprender a Colleritdge a tu perro, un círculo cuyo centro esta en todos lados, y la circunferencia en ninguno). Y nuevamente el rocío calando profundo en el abandono del rojo marcado por el día mundial de la mujer, sacando cuentas del inventario de tu propia vida, feliz día de la mujer mundial.

Paula me dice que abandone la tercera persona, que comience a vivir el estado actual de mi vida, que reescriba como alguna vez lo hice, que lea a Machado y sus soles que son lunas y se llaman lola, dejándome en su casa por enésima vez desde mi última reencarnación en un ratoncito que despierta de la inmoralidad de sentirse mal por haber amado tanto. No soy una persona cualquiera, vivo de los mismos lugares en los que no he estado jamás, sueño en los escarbones empinados en el sobre bien del cubismo pasajero de una pequeña anécdota de los míos, en el ritmo de las palabras que no decimos, de las decimas comas adjetivizadas que gozan con De Rokha y el crillón que nos saluda a los aires desde lejos. Como toda buena ventura resumida las murallas no cambiarían su condicional, viven indefensas, sin entender que la mariposa no es al emperador lo que el emperador a la mariposa. Puede ser que lloremos un poco, puede ser que las causalidades vayan determinando lo miles de albures que hacen felices a los felices. Juguemos al cubismo inimaginario. A le dice a B la más íntima confesión. B le responde que eso está más alla del bien y del mal. A, que es Huidobro, le dice a B, que es Lhin, que las cosas son lo que son y que ante eso solo nos queda darle vuelta a la vida. B, que es un no poeta, se desconcierta. A sonríe, sabe que de todas las formas eso lo convierte en su propio Dios, una forma particular de expiar todo, su pequeño purgatorio, solo teme a Rimbaud, y sin embargo, sonríe.
 
viernes, junio 09, 2006
 

"... y su amigo francés le dijo que sí, que por supuesto, que lo haría de inmediato, y también le dijo ¿qué es ese ruido?, ¿estás llorando?, y el Ojo dijo que sí, que no podía dejar de llorar, que no sabía que le pasaba, que llevaba horas llorando. Y su amigo francés le dijo que se calmara. Y el Ojo se rió sin dejar de llorar y dijo que eso haría y colgó el teléfono. Y luego siguió llorando sin parar." Bolaño, pII.

Y un día, no sé como, te imagine. Recordé a mi primo Joan Manuel, y me gusta todo de ti, pero tú no, tus labios carmesí, el resplandor de tus senos. Caminaba perdido, en un día sin noticias, con comas a cuestas, con amores sinfín ni principio. Caminaba con Kundera, abstrayéndome de todo, que es todoy casi nada. Y volví a creer y a escribir tarde, a tomar el bus del todo y la nada, a sentarme en el respaldo de las cargas sin fondo, a determinar mi vida por dos palabras. Te ame mucho antes de amarte. Te conocí mucho después de conocerte. Y un día nuevo, esta vez contigo y sin ti, me dí cuenta de lo sobrio de tus pasos, de tus arraigos fatales, de tus cariños en mi pelo. De lo mucho que me gusta no sentirte, de lo pequeño que he sido. Imaginé el dolor, a mi hombre imaginario que soy yo, con sus disgreciones sobre el todo y la nada, sobre el vacío de la puesta en tu cara, de tus reflejos de gata en celo. Imaginé que me imaginabas, y que en todos los puntos tú ya no estabas ahí. Imaginé tús días, mis mil quinientas noches, peces de hielo. Tus tácticas, mis estrategias y sus finales. Imaginé el día y la forma. Imagine imaginar. Y hoy, cuando vivo de mis recuerdos, nuevamente viene noviembre, tu placard apoyado, las chimeneas con su hálito de humo. Tú amor incondicional y olvidado. Mi amor fugaz y eterno. Hoy, cuando todo parece nimio, mis evocaciones no sirven. Tus días no están, no viven en mí. Y aún así, nuevamente, te imagino. Imagino tu ojos de almendra, y tus manos pequeñas sobre tu cara. Imagino tus castillos frágiles,el filo de tu nariz, tus amaneceres sobre mi espalda. Hoy, cuando todo es distinto, y con todas mis respuestas, sé que te amo. Amo todo en ti, y aún así, sin imaginarte, vienes en mí, y me alcanzas y te dejo.

 
"Todo esto, de todas las maneras y de todas las formas, es un desconcierto. Como no sé negociar, y no creo en Randy Newman o Alá, me permito confesarles que mi primer apellido ya no es Martínez. Esta pequeña "nemes" es una manera de dar tablas y de desertar."

Nombre: jncanas
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